Infectologia renovada
La medicina siempre ha estado
llena de paradojas y contradicciones. Hace trescientos años nadie conocía los
microbios que ocasionaron grandes epidemia como la peste bubónica en Europa o
la cólera en el continente asiático. Los médicos y por supuesto las comunidades ignoraban, en ese tiempo, elementales nociones de aseo, asepsia y
antisepsia. Las cirugías y
procedimientos quirúrgicos en muchos
casos producían enfermedades y muertes por infecciones que ocurrían por contaminación.
Cuando J Smith descubrió que el Cólera, tan temido por su alta mortalidad, era
trasmitido a través de los suministros de agua para beber en Londres y corrigió
la anomalía puede decirse que se iniciaron las campañas de prevención y planeación
con promoción de la salud hacia la mitad del siglo XIX.
El hombre vivió desde la
prehistoria enfermándose y muriéndose de
infecciones virales, bacterianas,
parasitarias y por hongos, pero no tenía
ni idea porque ellas ocurrían. Desde el descubrimiento del microscopio por Leeuwenhoek
en el siglo XVII se empezaron a ver formas de vida que se movían en gotas de
agua pero solo Semmelveis en la mitad del siglo XIX empezó a sospechar de la
forma en que se trasmitían las infecciones con sus famosos estudios de
parturientas y la fiebre puerperal. Blas Pascal, Koch y Pasteur describirían las
primeras bacterias de 1850 en adelante y empezaría a esbozarse la asepsia y
antisepsia que permitirían esterilizar los procedimientos quirúrgicos y
disminuir en forma gigante las contaminaciones en enfermos con intervenciones quirúrgicas.
Pero a comienzos del siglo XX
(1900) las infecciones eran las dueñas del 80% de la mortalidad en las comunidades humanas. Esto
solo cambiaria después del hallazgo de los antibióticos, como la penicilina que
se descubrió en forma accidental en 1928 pero solo pudo aplicarse en forma
masiva durante la segunda guerra mundial hacia 1944 cuando su producción salvó miles de vidas de soldados heridos en el campo
de batalla.
EL que conozca la biología evolutiva y no tan
solo la funcional, como le ocurre a los trabajadores de la salud, puede conocer
que antibióticos como la penicilina y la
estreptomicina son hongos o especies vivas que se oponen a otras especies las
bacterias que luchan para mantenerse con vida en el cuerpo humano cuando uno se
enferma! Si se prescriben demasiados antibióticos innecesarios en la mayoría de
los casos se ayudará a crear
resistencias bacterianas al igual que lo hacen todos los seres vivos que se
defienden de sus depredadores. La supervivencia y la reproducción son grandes
pilares en la evolución de la vida y en su selección natural.
Desde 1940 hasta ahora se educó a
unos profesionales de la salud médicos,
sin hablar con los alternativos y los
magos y chamanes que agravan las situaciones, con la
premisa de que había que exterminar las bacterias patógenas. Se recetaban antibióticos
a diestra y siniestra en muchos procesos de enfermedad como gripes o diarreas
leves, sin tener en cuenta que se estaban desequilibrando ecosistemas y ello terminaría
agravando los procesos infecciosos con bacterias superresistentes con las
cuales podríamos volver a altas morbilidades y mortalidades como las famosas
pandemias de épocas anteriores.
Son innegables los logros de la
infectologia moderna. Solo basta pensar que hacia 1940 el que sufría de una neumonía,
tenía un 30% de posibilidad de muerte y
este porcentaje era más alto, la mitad de los enfermos por lo menos, en meningitis bacteriana o septicemia. Hoy de neumonía
se muere menos del 1% y de otras
infecciones los porcentajes han disminuido en forma notoria.
Creo que el paradigma anti
infeccioso, que se debe inculcar en los que tienen que ver con la salud humana está
ligado a la enseñanza obligatoria de evolución natural, tanto de
microorganismos como de los seres humanos, para aceptar y trabajar con postulados nuevos como
el Micro bioma humano un concepto que establece una simbiosis indispensable y
conveniente entre bacterias y microorganismos con los que convivimos en paz los
homínidos.Ellos son diez veces más numerosos que las células de nuestros
cuerpos. Los microorganismos de cada uno de nosotros pesan alrededor de 1 kilogramo
de nuestro peso corporal (07- 1.5) según reportes científicos.
La mayoría de bacterias, hongos, parásitos
que viven con nosotros tienen una buena relación sin producir lesiones y solo
unos pocos de ellos pueden terminar produciendo enfermedades. Necesitamos un micro
bioma sano y por lo tanto hay que tratar de vivir en buenas relaciones con la mayoría
de bacterias que trasportamos a través de nuestra vida en la tierra. Ellas mismas colaborarán para ayudar a librarnos de los patógenos. Además su
presencia por excitaciones de los mecanismos inmunológicos, protege contra
algunas enfermedades como las alergias. Es posible que el micro
bioma tenga control sobre la aparición de diabetes
mellitus tipo I y de la obesidad como lo muestran estudios hechos en países de gran desarrollo socioeconómico
en donde se entronizó el mito de que al
niño pequeño no se le debía dar la oportunidad de ponerse en contacto con el
micromundo bacteriano a pesar de que ello es absolutamente imposible. Solo un
humano ha vivido libre de bacterias en su piel, intestinos, orificios, y
genitales. Padecía deficiencia inmunológica muriendo a
los doce años después de tratar de efectuarle un trasplante de medula ósea para
corregir su defecto en los EEUU.
Las generaciones humanas se
cambian cada 25 años y en un siglo de vida cuando mucho alcanzamos a conocer
tataranietos. Las generaciones bacterianas se remozan cada ½ hora y en un año
hay miles de ellas. No debemos olvidar que las bacterias que viven con nosotros vienen evolucionando
hace millones de años, forman parte de nuestras células a través de las
mitocondrias que energizan las células y conviven con nuestra vida terrenal a través del
micro bioma sin el cual no viviríamos como cada vez lo demuestran más las
combinaciones encontradas entre nuestros
genes y los de las bacterias que nos
rodean a diario. Es seguro que las
bacterias y otros microorganismos convivientes con nuestra biología tengan que ver con nuestra autonomía y
adecuado funcionamiento integral.
Hasta 1990 se creía que el
estudio del genoma humano daría claves maestras para conocer nuestras
enfermedades y funcionamiento. Hoy en 2015 se intuye que si combinamos nuestro conocimiento del micro
bioma con el de nuestro genoma los
resultados pueden ser mas gratificantes.
Darwin y sus seguidores son
imprescindibles en la enseñanza de una medicina moderna.
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