humberto rey v

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viernes, 24 de julio de 2015

Cuentos de Recien Nacidos

.  Había nacido con mucha anticipación el conocimiento humano, de lo que debería haberlo hecho, era  endeble y su respiración a veces daba la impresión de que iba a fallar. Casi siempre  su madre Gea vivía de rodillas en medio de unos interrogantes mucho más grandes  que las capacidades de actuar y pensar que tenía su sietemesino pensador.
Quiso proporcionarle por esta razón  tres madrinas para que lo defendieran  desde los siglos de los siglos. ¿De quién? De los ritos, de los mitos y leyendas.
 Escogió a las tres hermanas Teología, Filosofía y  Ciencia. Desde la prehistoria las dos primeras tomaron a pecho su cometido y fueron capaces de elaborar sus agendas. La Teología produjo  más de seis mil tipos de religiones y paraísos o infiernos,  al agrado de cada una de las civilizaciones donde se asentaron. El paraíso  islamita lleno de huríes hasta los estadios celestiales perdidos,  descritos por Milton y Dante a la vera de la teología judío cristiana. Cada tipo de civilización fueran hindúes, siameses, budistas, rusos o chinos describían sus oníricos deseos edénicos según sus patrones de conducta y costumbres. Los infiernos eran la versión contrapuesta de los paraísos.
La madrina Ciencia parecía de las tres nombradas  la menos capaz de accionar y reaccionar  y siempre se supeditaba a las palabras de las otras dos que muchas veces actuaban de común acuerdo para formar marcos Teo filosóficos con murallas impenetrables a cualquier sugerencia que oliera a inédita y estuviera basada en evidencias.
Era obvio que la especie humana a diferencia de los otros seres vivos, necesitaba a permanencia, la creatividad, el pensar, elucubrar y vivir al mismo tiempo en el pasado, el presente y el futuro. Pero hasta 1500 (después de Cristo) todas las opiniones y teorías de las cosmovisiones eran manejadas  según las conveniencias de lo que se conocía y daba por sentado. La Ciencia permaneció callada con la humildad de la sabiduría mientras sus argumentos no adquirieron la fuerza irrebatible de la experimentación y de las exploraciones de su naturaleza.
La sacralidad o afán de explorar lo desconocido y sus interrogantes se ensanchó cuando el microscopio y telescopio permitieron sumarle concreciones a hechos que antes aun en los libros sagrados solo se podía explorar con los sentidos. Lo demás lo añadían los deseos ocultos de los humanos, por lo general los de sus clases dirigentes y la imaginación que, ante la falta de evidencias, siempre terminaba en mundos metafísicos y esotéricos permitiendo que la astrología, la magia, las leyendas y mitos se volvieran dueños de los humanos para tratar de explicar lo que no tenía evidencias ni constataciones.
La  Ciencia con grandes sacrificios se fue adueñando del conocimiento humano y en el siglo XXI nada se concibe sin su visto bueno aunque siguen arrogantes las otras madrinas, importantes ellas, pero hoy dependientes de las opiniones y conceptos científicos.
 Por ello ya no se habla de creación divina en espacios de tiempo si no de Diseño Inteligente ante las abrumadoras evidencias de la evolución natural en millones de años. Hasta 1859 se daba por sentado eran  menos de 6000 años los que nos separaban del acto creativo. Hoy se conocen los eones que se han necesitado para consolidar la vida. La geología, los fósiles, la genética y la química y física humanas, la astronomía dan evidencias de verdades relativas que reemplazan  con fuerza a las verdades absolutas antes entronizadas por dogmas y que ocasionaron suplicios y muertes para muchos hombres y mujeres antes de la explicación científica de las cosmovisiones.
La madrina Ciencia es hoy por hoy la más poderosa colaboradora del conocimiento humano pero debe tener la humildad para no sentirse omnipotente ante lo sagrado, que  es lo incognito y desconocido hasta ahora inexplicable. Filosofía y Teología deben seguir actuantes pero  deben consultar a Ciencia siempre que vayan a exponer sus tesis para no caer en la mentira o en la inoperancia o en lo mercantil que se siente y huele a distancia.
Hoy manda la parada Ciencia. Acaba de salir de incubadoras que le mantuvieron el calor necesario para que este vibrante y viva. Es posible que mañana vuelva a mandar Teología o Filosofía porque hay evidencias de que estas madrinas se perpetúan pero mientras eso sucede respetemos a Galileo, Newton y Copérnico mientras un Hans Kung y un Francisco papa tratan  de conciliar la idea de  porque estamos aquí y para que morimos!

Quizás el arte y la poesía sean los únicos capaces de mantener unidas, cuerdas y razonables, a esas tres madrinas, quizás el destino del hombre sujeto solo a las ciencia y al lenguaje matemático sean áridas por falta de metáforas, pero lo que si conozco hoy y por siempre es que la vida es bella en medio de sinsabores y preguntas gracias al amor, los valores humanos y la tolerancia entre los distintos mitos ritos y leyendas que nos acercan al otro a quien hoy pretendo comunicarle mis inquietudes para mi sagradas

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