humberto rey v

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miércoles, 3 de diciembre de 2014

!CONCIENCIA; VIDA!





Se podría definir la conciencia humana  como esa cualidad por la cual los seres vivos sienten su existencia, planifican, delimitan su ambiente, diferencian su interior de lo externo y saben que nacieron, crecieron y que algún día morirán.
La conciencia como tal es inherente a las especies vivientes superiores como los mamíferos, primates y los humanos. Los microorganismos que buscan sus nutrientes o las amebas que reaccionan con movimientos cuando se colocan en una platina caliente podrían tener rudimentarias conciencias para sobrevivir y reproducirse.
La plenitud de conciencia que perece al morir, con su parte de libre albedrio y planeación es una característica  humana bien conocida con varios interrogantes aún desconocidos sobre su constitución y formación.
  Pero su existencia en una forma dual, es decir corporal y extracorporal como algunos pensadores la suponen va en contra de la explicación científica del mundo y favorece las interpretaciones esotéricas, míticas, metafísicas y religiosas de la vida y cada vez pierde más  piso dentro de los nuevos hallazgos del conocimiento razonable.
 Los animales, que actúan instintivamente, no planifican. Para ello necesitarían libre albedrio para escoger entre varias opciones. Algunos de ellos como los perros, los caballos y los monos tienen  grados incipientes de conciencia y planificación.
En este año 2014 el premio Nobel de medicina les fue otorgado a los descubridores en el sistema nervioso humano de las células nerviosas que  permiten orientarnos y situarnos en nuestro ambiente (como lo hace el GPS de los carros) y que por lo tanto son una  parte importante de la conciencia que se pierde con la aparición de un coma como el diabético por ejemplo o en la enfermedad de Alzheimer donde por la falta  de controles temporo  espaciales neuronales  cada vez nos adentramos más en una vida vegetativa automática biológica mientras se deterioran las funciones de recordar, pensar, crear que nos caracterizan como personas.
 El GPS es una tecnología que correlaciona tiempo y espacio. Necesita para funcionar una mecánica  cuántica.
Los órganos de los sentidos y ahora sus prolongaciones tecnológicas como microscopios, telescopios medidores de cualidades como las basculas y metros son indispensables para que se dé  la conciencia plena en los seres humanos.
El olfato en las ratas en los conejos en los gatos y perros está mucho más desarrollado que en los primates y hombres, en ellos es primordial para que la conciencie actué. Parece por evidencias que el sentido del olfato es la conexión más antigua de las especies animales con el ambiente que los rodea.
En los humanos la visión se ha agudizado más como método de conexión de nuestro interior con los otros seres vivientes y los objetos.
Las personas necesitan los cinco sentidos: olfato, tacto, gusto, audición y visión para percibir y ejecutar acciones en el mundo que los  rodea. La memoria y la corteza prefrontal  y las millones de asociaciones neuronales  completarán su cometido para permitirnos unir lo exterior y lo interior de nuestras vivencias para planificar e integrar vivencias.
La conciencia  permite la aparición de otros conceptos como el de mente, alma y espiritualidad.
En el coma clínico causado por un trauma infección, intoxicación severa  o enfermedad hay una pérdida total de la conciencia.
 En los estados neurovegetativos hay una perdida grande de ella, como se aprecia en las demencias.
 En algunos casos se presentan perdidas transitorias o leves de ella como  en las anestesias o intoxicaciones leves  por drogas.
La embriaguez produce pérdida  gradual de la conciencia y de una desorientación temporo espacial puede llegarse hasta el coma profundo sin que sea posible restaurar la conciencia. El alcohol es una de las drogas estimulantes como lo son la morfina y la cocaína y por supuesto la heroína.
La conciencia solo puede observarse  en seres vivos. Es  imposible desligarla  de lo vivo  que a su vez  es inseparable de la muerte.
Por ello no me cabe en la cabeza una Conciencia independiente, desligada del cuerpo e inmortal como la proponen algunos pensadores como Deepak Chopra.
Hasta 1859 antes de que se publicara El origen de las especies,  casi todo el mundo estaba de acuerdo en que habíamos sido creados por fuerzas  superiores llamadas divinidades y que nuestro papel en este mundo era temporal y sin mucha significancia terrenal porque solo estábamos haciendo méritos para otras dimensiones temporo espaciales.
Después de Darwin y su evolución de las especies hay  evidencia científica que  muestra cómo   cambian en forma natural los seres vivos por los mecanismos de la selección natural.
 La necesidad de una creación como fue postulada por varias leyendas en las diferentes culturas y civilizaciones pierde fuerza con estas explicaciones.
 La metafísica pasa de una posición privilegiada en donde exigía pruebas a otras teorías que competían con sus ideas sobre él porque estamos aquí y para donde iremos después de la muerte a  tener que demostrar que  lo que ella pontifica y propone pueda tener bases racionales, o por lo menos ser posible.
 Se cuestiona ahora el libre albedrio, en su forma total, y cada vez más la herencia y la epigenetica explican  partes de comportamientos humanos.
La mayor parte de planeaciones y decisiones que tomamos están ligadas a un libre albedrio innegable pero  limitado por las circunstancias que rodean a cada uno de los seres vivos y a sus conciencias.
Los mandamientos, obligatorios en todas las religiones, y con penas hasta de muerte en algunos casos fueron dictados por hombres que querían establecer normas de contención para nuestro cerebro de reptiles y mamíferos antes de que aclaráramos como está conformado nuestro sistema nervioso  que mezcla emociones con ideas para darnos pensamientos y creencias indispensables para sobrevivir y manejar una agenda social que concuerde con las otras del mismo clan y grupo.
En los siglos venideros las ideas religiosas podrán ser un agregado a las visiones científicas del cosmos, universo y del planeta tierra y sus especies  pero nunca podrán abarcar la vida sin pedirle primero permiso a las ciencias biológicas con su evolución y selección natural.
Esta forma de actuar es lo contrario de lo que hasta hace 200 años se hacía supeditando cualquier pensar a dogmas no reproducibles en forma experimental.
 Que se den todo tipo de ideas está bien  pero se priorizan las racionales sobre cualquier otra.
 La visión poética, filosófica, esotérica y religiosa tienen que consultar primero a las ciencias y no como ocurría  antes en muchos planteamientos que los postulados metafísicos tenían prelación sobre lo comprobado y corroborado.
 Se podría aseverar que Charles Darwin  propuso la obligatoriedad de consultar primero lo científico vital antes de entrar en materias éticas, morales, filosóficas y teológicas cambiando el orden de categorías prioritarias del pensamiento humano y de las trascendencias y valores que desde siempre ha postulado nuestra especie homínida.
El humanismo que propone la teoría de la evolución está sustentado en una espiritualidad y en un alma mortal.
Su implementación favorece la sociabilidad, el servicio a los otros hombres y el respeto a la vida en general como los pilares en donde se deben educar  las nuevas generaciones.
 Somos unos animales pensantes y sociales y ahí deben colocarse las baterías que enfaticen nuestras responsabilidades, sin negar los instintos, pero permitiendo que la racionalidad los controle para el bienestar de los que están viviendo en nuestras comunidades y epocas.
El borrar paulatino  lo metafísico con sus normas no discutibles, explica la gran crisis que existe en las definiciones de lo humano y en los valores imprescindibles para poder tener una vida social que  tranquilice  y  produzca momentos de satisfacción y felicidad.
Quizás cuando alejemos de nuestras conciencias  los paraísos y castigos eternos, cuando los dioses se vayan y nos dejen solos a los humanos podremos encontrar valores que nos hagan querer más el animal que llevamos dentro y que  las explicaciones metafísicas tratan de tapar con vidas futuras imaginarias que hasta ahora nadie ha podido verificar como si se ha hecho con la identificación completa de genomas y la activación de genes según los nichos ecológicos en los que ellos actúen.
Se podría pensar en una filosofía y religión cuyo mandamiento primordial sea la defensa de todo lo vivo tratando de buscar un equilibrio entre lo mínimo requerido para  la existencia y lo máximo permitido para no lesionar otras formas de vida.
 De este mandato sometido al vaivén de la duda, se derivaría una ética y una moral basada en premisas verificables y  con posibilidades de cambio a medida que se precisen planteamientos como verdaderos.
 La verdad entre los hombres, es relativa y está sujeta a los cambios de la evolución natural bajo la modulación fuerte que proporciona la cultura milenaria cada vez más dependiente de la ciencia y de la tecnología.
Mientras que los cambios evolutivos y su historia se escribe en millones de años la historia cultural, por mucho que queramos alargarla, no sobrepasa cien mil años.
La interacción entre evolución y cultura no llega a treinta mil años.
La capacidad de que ocurran cambios  debe estar presente en los modelos de convivencia humana.
Las verdades que se respetarán serán aquellas comprobadas por diferentes métodos y que beneficien a la mayor parte de seres vivos.
Hasta ahora solo la democracia en sus múltiples versiones, con sus defectos es el tipo de gobierno que facilita ese humanismo científico nuevo.
En otras épocas fueron necesarios los monarcas y tiranos para facilitar las sociedades  pero en el siglo  XXI y hasta que aparezcan otras circunstancias esta democracia representativa es la unica que facilita cultivar y depurar el sentir cultural  indispensable para unir biología y cultura en la especie homínida.
Si miramos las acciones que ejecutamos diariamente observamos que más de un 80% de ellas son obra de un piloto automático vivencial.
Nos levantamos, aseamos, bañamos y desayunamos sin necesidad de una idea nueva. La mayor parte de estas actuaciones no necesitan ni mi libre albedrio ni mi planeación y por lo tanto caen dentro de la ejecución inconsciente,  no  diferente de la que llevan a cabo animales que duermen, orinan, defecan y se alimentan sin pensarlo.
La conciencia humana se nota cuando empezamos a definir la agenda diaria o cuando recordamos los ratos amorosos que ocurrieron el día anterior y se complica cuando cavilamos el porqué  del abandono del amigo. En ella se mezclan valores, emociones e ideas y por lo tanto carece de la postura objetiva que tratamos de lograr con el método científico, pero a pesar de todo es nuestro contacto permanente con la realidad vivencial.
Sin darnos cuenta salimos y entramos en los comportamientos automáticos y vivenciales a cada momento. Solo mezclando  estas dos formas de pensar y actuar es que nos humanizamos.
Daniel Kanheman define bien en su libro:  Pensar rápido, pensar despacio esta permanente conjunción del pensar automático intuitivo  primario que es más rápido al compararlo  con el pensar racional secundario, mas despacioso, menos usado, pero más lógico, creativo y planificador.
El lóbulo prefrontal con su corteza, los núcleos basales, el hipocampo, el cuerpo calloso y el tálamo deben estar funcionando al 100% para que las asociaciones neuronales ocurran por millones y tengamos una plena conciencia.
El cerebelo si sufre lesiones alterará  el equilibrio, la medula espinal si se daña impedirá el movimiento pero sus problemas no cambian el estado de conciencia. Las personas en silla de rueda con sus conciencias integras, los mudos pensantes pero artistas pintores, los ciegos y sordos pensantes son un ejemplo de disfuncionalidades corporales en las cuales la conciencia  permanece intacta.
 La conciencia se enriquece en  cada momento que el sistema nervioso adquiere una mayor cantidad de información. La educación es clave para estimular la racionalidad y el llamado pensamiento despacioso o lógico.
 En este sentido los computadores  pueden estar modelando un prototipo de humano con conocimientos superficiales y por ende con conciencias no versátiles si no especializadas y técnicas que nos inclinarían a deshumanizarnos.
 Los P C  acumulan millones de datos y a la larga la falta de información integrada total en los sistemas nerviosos de los jóvenes repercutiría en los raciocinios que emitirán sus cortezas cerebrales y en sus juicios sobre su ambiente e interioridad.
Cada vez es más clara la definición de conciencia y su forma de actuar en el sistema nervioso pero la espiritualidad y el alma inmortales e  independientes de las formas corporales y animales se ha vuelto un imposible racional. En esos casos la fe decreta las creencias y dogmas alejándose de la ciencia  y se contraponen los discursos de la ciencia y las religiones.
La religión desde siempre ha querido poner en bases racionales la unión entre lo intuitivo y lo lógico pero hay una gran dificultad en compaginar lo probable y comprobable por investigación con las grandes preguntas existenciales de donde salimos y para donde vamos o que pasa con nosotros después  




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