Cuando estaba pequeño los viajes me llevaban siempre
al paÃs de las fantasÃas.
De allà en forma sigilosa regresaba al mundo real.
ExistÃan
ciudades amuralladas en donde princesas gráciles y caballeros soñadores
compartÃan un mundo aun lleno de sortilegios.
Las fuerzas del
bien y del mal luchaban y siempre triunfaba la virtud, la belleza y expulsaban
a demonios y tartufos en medio de la alegrÃa general.
En el ultimo viaje que duró una semana, (julio 5-13)
Cartagena me embrujó con sus frailes escondidos entre las puertas misteriosas
de las iglesias y conventos y los demonios y sátiros que le cantaban al
aquelarre vivencial mientras el azul verde del mar se mezclaba con respiraciones y sangre para volver esos
colores marinos de esperanza, marrones y negros, cuando los dÃas perdÃan su
juventud para entrar en la caverna de la noche.
Cartagena entre
el dÃa y la noche
Ya son mas de 70 los años que se cumplen dentro de
pocos dÃas y ellos han mermado mis fuerzas y atemperado mis sueños. Ahora
cuando paseo por la orilla caribe cargada de cocos y de espumas me pregunto
¿Que dirá el mar sin mà cuando no
retorne?
El sonar de la
marejada a cada minuto me despierta y me dice que hay que estar vivo hasta el último
instante, que hay que sentir los roces y las pieles para que no se enferme el alma sin el humanismo vivificante.
Manzanillo
En la playa llena de cuerpos humanos nuestra cultura, se
llena de diferentes tecnologÃas entre las que sobresalen las de los teléfonos
celulares. Nos recuerdan que las maquinas poco a poco nos absorben más y más
para volvernos los cyborgs que seremos en un futuro.
Los hijos y los nietos parecen querer volver al vaivén
de las olas pero la soledad es una tenaza que a veces se viste de mujer pareja
que quiere complacer, pero cuyo modo de
ver la vida difiere del nuestro, y otras veces se encuentra en los ojos que no
nos miran y se alejan de una mujer
extraña pero bella y fugaz.
En la juventud
creÃamos en el núcleo de la familia, hoy sabemos que la vida la actúa
cada cual a su manera, a veces como quiere y otras veces como puede. En el
fondo del pensamiento humano ¡siempre estamos en medio de la humedad que
producen las lágrimas que a veces lloran o rÃen y que vienen del mar con sus eternos
rugidos e interrogantes! Y su sabor a sal.
En Cartagena un amigo fiel derrocha en la boda filial
su poder y dinero y uno siente que Don Dinero sirve para expresarnos, aunque le
den epÃtetos como el de estiércol del demonio.
Un hermano menor Rafael, de los mas jóvenes, repite a
diario sus inquietudes empresariales adornando cuerpos con metales que tratan
de engañar al oro mientras los cuerpos rÃen al ver los contrastes que se ven
entre las arrugas presagio de la vejez y las baratijas fútiles que las rodean y
a veces cubren.
La Popa
Cuando le queda tiempo el y su esposa nos enternecen con una fraternidad que brota de escenarios
lejanos en donde se juntan el espectro paterno protector con la poderosa
humildad materna y la gentileza santandereana.
La Heroica es la vida y por eso en ella hay que beber
de los mil sabores vitales tratando de llegar a las entrañas del lejano mar
sÃmbolo del eterno retorno que describió Nietzsche.
Y después de la vida costera nos trasladamos a
Bucaramanga, en donde mi madre de 97 mayos languidece en el nido amoroso que le
fabricaron dos hijas generosas y un cuñado filósofo que todavÃa cree que es mas
importante darse la mano que recibir un dólar!
Allá estaba mi madre, rezando como siempre, ahora en
forma un poco esotérica porque ya las palabras se confunden con los fantasmas
danzantes después de respirar tantas
veces y de volverse millonaria en latidos cardiacos, para prolongar las bellezas
y desilusiones del duro oficio de vivir como lo llamaba Cesare Pavese.
Hasta en su lento ocaso le brota dignidad y seriedad a
esta mujer que además de tener 16 embarazos fue capaz de seguir dando afecto y
amor. A pesar del dolor en los huesos y articulaciones, a esta mujercita insignificante
que para mi es muy valiosa no le duele el espÃritu, no se queja de la vida y me
hace estremecer cuando veo, que sea como sea, logró mantener unas lÃneas de
conducta y relaciones publicas que ya quisiera yo imitar, aunque no puedo,
porque la ciencia y el conocimiento me impiden la fe del carbonero sin
interrogantes ni respuestas.
Ella solo ve lo bueno de todos. Para ella todos los
hijos son valiosos asà estemos llenos de errores, prejuicios y vicios.
Pero el candil
casi no tiene cera y su lucecita es cada vez más tenue, aunque quisiéramos
llenarla de inmortalidades lo que brilla y fulgura cada vez titila mas para
desaparecer.
Como dirÃa Barba Jacob: Era una llama al viento y el
viento la apagó.
Asà es lo vital. Pasa de la alegrÃa a la desesperanza
y del goce al sufrir, de nacer a morir mientras lo irisamos con la policromÃa
de las emociones, ideas, creatividades y algunas lágrimas que a veces se
escurren sin que nos demos cuenta.
Estoy tranquilo porque mi madre cree y reza por sus 13
hijos por sus cuarenta nietos, por sus bisnietos y tataranietos aunque al final le duela un poco
la existencia como nos duele a todos.
Si el narcotráfico nos daña un poco la Colombia que
queremos y las Farc pagan la orquesta de la fiesta para ellos, estos viajes
nacionales llenos de vida y muerte nos reconfortan con el sentir y ser humanos.
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